lunes, 23 de febrero de 2009
Skinheads
SKINHEADS
Para enfocar adecuadamente una explicación sobre la historia y la cultura skinhead primero se hace necesario definir lo que se puede entender como skinhead. Después de más de 25 años de existencia el término se ha extendido y enriquecido mucho. Una buena definición sería todo aquello que ha tenido o tiene que ver con la cultura derivada de la escena que surgió en 1969 (aproximadamente), y que incluiría desde los rude boys pasando por el oi!, y hasta la actualidad.
Como escena (también nombrada como culto, cultura, espíritu...) entenderemos todos los aspectos: musical, estético, de comportamiento. Así pues la escena skinhead estaría formada por el ska, los rude boys, parte del punk, la violencia, parte de los mods, el oi!, el skinhead reggae, los hooligans, etcétera, etcétera.
Un skin será pues un chico o una chica a quién le gusta esa escena y que se siente a gusto en ella. Todos los aspectos no tienen porqué interesarle a una misma persona, pero esto es algo lógico, porque cada cual tiene sus propios gustos.
No son una "tribu urbana", sino una cultura juvenil. No hay una manera infalible de reconocer a un skin o pertenecer a la escena, sino que las personas que la integran comparten una serie de gustos, que nadie les impone y que son los que les dan una imagen uniforme, pese a que cada cuál es distinto del otro o de la otra.
Desgraciadamente hoy en día, la palabra skinhead prácticamente solo la vemos ligada a agresiones fascistas y grupos neonazis. Pero como lo es y como siempre lo será, los verdaderos skins han estado siempre al margen de estas actitudes racistas o xenófobas.
Los 60's
No en vano, el nacimiento de los cabezas rapadas lo encontramos en la mestiza Inglaterra de los años '60. Allí existían dos tendencias juveniles principalmente. Los mods, jóvenes seguidores de la música negra y amantes de la diversión, la cerveza, el sexo y las buenas peleas, sufrieron las influencias de la ola de hippismo que recorrió las clases medias hacia finales de la década. La mayoría de ellos se apuntaron a la nueva moda, pero los más orgullosos seguidores de la música negra, y especialmente los que pertenecían a familias obreras la rechazaron de pleno, y aun se cerraron más en las cosas que les gustaban.
Paralelamente, la inmigración desde las Antillas les proporcionó fundamentalmente dos cosas: amigos negros igualmente folloneros (rude boys-chicos duros) y nuevos y excitantes estilos de música (ska, rocksteady, reggae...) en los salones de baile. En sus principios eran simplemente bandas urbanas de barrios obreros, donde generalmente había gente de color, que compartían sus gustos por los ritmos Ska, el sonido negro y de ideología contraria a la hippy. Estética: Cabeza rapada (en analogía a los negros, botas con punta de acero y tirantes en analogía al obrero), etc.
También jugó un importante papel la boyante situación económica y el éxito de Inglaterra en el mundial de fútbol de 1966, que llevó a muchos jóvenes a seguir a sus equipos desde los mismos estadios. En seguida nacieron las hinchadas y estalló la violencia entre ellas, surgiendo así los bootboys. Las peleas entre seguidores de distintos equipos fueron famosas, y estos enfrentamientos diarios acabaron por movilizar a la policía, a los jueces, y a la sociedad civil, que hicieron un circulo tan estrecho que acabaron ahogándolos. Muchos skins acabaron en prisión, otros dejaron el movimiento, y los más veteranos se convirtieron en ‘Suedeheads’, una versión más ligera para vivir en el anonimato.
Del mestizaje y la conjunción de todos estos hechos nacieron los skinheads. Debemos recordar que esta palabra se empleó por primera vez en 1969, ya que hasta entonces estos grupos callejeros recibían varios nombres, como lemonheads, peanuts (por el ruido del motor de los scooters, como de cacahuetes friéndose) o simplemente mods.
Por dejarlo claro de alguna manera, los skinheads fueron una cultura que ha perdurado hasta hoy, y que como reflejo de la juventud de clase obrera inglesa podían ser violentos, pero no más que lo que los trabajadores eran, podían haber racistas, pero no más de los que había en los barrios obreros, podía haber tantas ideas políticas como individuos y en una proporción igual que la de los trabajadores. Porque, no lo olvidemos, los skins eran trabajadores también.
Su estética era una de sus señas de identidad. Aparte de la cabeza rapada (nunca afeitada), les gustaba vestir elegante, y se hicieron especialmente populares las camisas Ben Sherman, las prendas Fred Perry, las crombies, harringtons y botas Doc Martens. Las hoy famosas bombers no aparecieron sino muy tardíamente. De diario se solía emplear más la ropa vaquera y por las noches de fin de semana muchos optaban por algo con más clase, como elegantes trajes de tres botones
Pero era la violencia y el vandalismo lo que realmente daba identidad a los skinheads. Allá por donde pasaban destrozaban trenes, establecimientos, squats, coches y apalizaban policías, estudiantes y, como no, sus odiados hippies. Su arma preferida eran los peines de metal afilados.
De estos episodios violentos han venido algunas acusaciones de racismo por las peleas con paquistaníes, pero debemos recordar que las bandas de rapados eran multirraciales, y lo único que buscaban era montar jaleo. Políticamente, no había una tendencia concreta y la gente que votaba lo hacía en su mayoría por los laboristas, dada su procedencia obrera.
Esta actitud beligerante les echó encima a la prensa, la opinión pública y la ley, y tuvieron que cambiar su comportamiento, suavizándolo, y también su estética, dejándose crecer el pelo y vistiendo con más elegancia. aquí nacieron los suedeheads y los smooties, de existencia más efímera. Los bootboys, sin embargo, continuaron haciendo el salvaje en los campos de fútbol.
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